Si nos mencionan la Toscana, rápidamente acuden a nuestra mente imágenes de Florencia, de la torre inclinada de Pisa, del David de Miguel Ángel… Y normalmente quizás asociemos más esta parte de Italia con las suaves colinas del Val D’Orcia que con altas montañas, pero debemos saber que en el norte de la Toscana existe una cadena montañosa que roza los 2.000 m de altitud y que al estilo de los Picos de Europa desciende abruptamente sobre el Mar de Liguria y la Versilia. Se trata de los Alpes Apuanos (o Apeninos Ligures) que se extienden en las provincias de Massa-Carrara, Lucca y Pisa, y cuya elevación máxima es el Monte Pisanino de 1947 m.
En esta excursión no subiremos al pico mas alto de la cadena, sino al segundo clasificado, al Monte Tambura. Con sus 1890 m y ubicado en el sector noroeste (Grupo Pisanino), de las montañas más altas de los Alpes Apuanos, es la más fácilmente accesible gracias a dos rutas muy transitadas, que se dirigen al Passo della Focolaccia en el noroeste y Passo della Tambura en el sur.
Recorrido:
Sobre el plano
Mas datos:
Zona: Alpes Apuanos. Toscana. Italia
Acceso: Resceto
Cimas: Monte Tambura (1890m) y Monte Crispo (1834m)
Distancia del recorrido : 12,5 km
Desnivel acumulado: 1485m
Mas info
http://www.parks.it/parco.alpi.apuane/Eindex.php
Mapa
Refugio Nello Conti
Alpes Apuanos
Via Vandelli
Carrara
Monte Tambura en Summitpost
Articulo La Stampa
Vamos con las fotos.
La ruta comienza en Resceto, que dista 11,5 km de Massa. Entre semana se puede intentar llegar en autobús hasta Resceto, pero en días laborables puede que las canteras estén funcionando y que no se nos permita transitar por algunos senderos. Se recomienda por tanto realizar la ruta en fin de semana, pero los domingos solo se puede subir con un recorrido a las 14h y otro a las 19h y bajar a las 14.30 y 19.30h (de todas formas si se pretende acceder en transporte público, se recomienda consultar horarios), por lo que necesitaremos el vehículo particular para llegar hasta Resceto.
Si bien el recorrido es relativamente corto (13 km), el desnivel es importante (1.500m) y por tanto requiere un entrenamiento adecuado, y si se hace en verano prever agua porque apenas hay sombra (hay posibilidad de recargar agua en el Refugio Nello Conti). El camino es muy evidente y está bien señalizado y si nos descargarmos el mapa de senderos de http://apuane.j.webmapp.it/#/main/explore?map=14.78,10.2218,44.1006 no deberíamos tener mayor problema para orientarnos. Tal y como haremos la ruta, el ascenso coincide con la antigua vía Vandelli. que construida a mediados del siglo XVIII conectaba Módena (capital del ducado homónimo) y Massa.
A mediados del S XVIII a antigua vía romana Bibulca que conectaba Módena con Lucca era completamente inútil e irrecuperable. Por ello, el abad ingeniero, geógrafo y matemático de la corte de Francesco III D’Este, Domenico Vandelli recibió el encargo de concebir y diseñar un nuevo trazado viario. Se impusieron una serie de restricciones constructivas que hacían que la construcción y el trazado no fueran sencillos. Además de los bajos costos, junto con los cortos tiempos de construcción, la vía debía requerir un mantenimiento mínimo, poder permitir el paso de carros pesados, que transportaban los materiales marmóreos de extracción local, y las pendientes debían ser tales que permitieran superarlas. Otra limitación estuvo representada por la necesidad de que la ruta nunca cruzara el Estado Pontificio, ni la República de Lucca, ni el Gran Ducado de Toscana. También era necesario respetar el criterio, de que las carreteras con mucho tráfico deben evitar siempre atravesar centros habitados.
Todo ello forzó a un trazado que discurría por un entorno montañoso a través de los Apeninos primero y luego por los Alpes Apuanos, en las laderas del monte Tambura, donde la carretera alcanzaba su mayor altitud, 1620 msnm en el Paso Tambura, debiendo mantener en esta zona una pendiente aceptable y un recorrido fácil para los carros. La construcción comenzó en 1738 y en 1751 la carretera podría considerarse terminada (fue inaugurada en 1752). A lo largo de la carretera existían puestos de mantenimiento y descanso de los caballos, albergues, plataformas de carga y descarga de mercancías (una de ellas la Finestra Vandelli por la que pasamos en esta propuesta de ruta montañera), puestos de guardia para los soldados, puestos para la supervisión y pago de peajes, etc. De hecho, se había creado la primera carretera italiana “moderna” para carruajes que subía las empinadas laderas de las montañas.
Con la anexión del Ducado de Módena y Reggio al naciente estado italiano en 1859, la carretera perdió su importancia y sobre todo el preciado apoyo financiero para su mantenimiento, por lo que en poco tiempo sufrió un repentino deterioro. Sin embargo, a pesar del deterioro, la vía siguió siendo perfectamente accesible en muchos lugares gracias a la técnica constructiva empleada: terraplenes de piedra seca que con el tiempo superaron las infiltraciones de agentes atmosféricos y los choques sísmicos. Y hoy en dia, un impresionante trabajo de restauración realizado por el Municipio de Massa y el Parque Natural Regional de los Alpes Apuanos ha devuelto al público parte de la ruta más difícil y peligrosa a su antiguo esplendor, a saber, la parte que serpentea entre Resceto y el paso de Tambura.
El comienzo del camino es la pequeña plaza al final del pueblo de Resceto, con el monumento alpino (dedicado a los muertos de todas las guerras)
y una fuente que, en verano, suele estar seca, aunque en esta ocasión si que tenía agua, lo cual es muy de agradecer al acabar la ruta. Ahí aparcamos el coche (habrá sitio para unos 10-15 coches) y salimos subiendo por la carretera aún asfaltada. Inmediatamente pasamos la última casa del pueblo dejando a la derecha una pequeña capilla dedicada a San Juan Bautista.
A los cien metros el camino se convierte en pista de tierra y, en la curva (donde había un par de coches aparcados), se encuentra una señal que indica el inicio de via Vandelli (5') con la indicación 6 km hasta el paso de Tambura. Aquí comienza la Via Vandelli propiamente dicha, y lo notaremos porque el firme pasa de ser una pista de tierra a un sendero de piedra. Pasamos un pequeño bosque de castaños e inmediatamente después estamos en la zona conocida como Zucco di Zanghin (564 m).
A los 10' el camino CAI-170 se bifurca a la izquierda por la Foce della Vettolina y Case Carpano,
mientras que nosotros seguiremos por la derecha en la Via Vandelli propiamente dicha (sendero CAI-35) y a los 20’ estamos en la Ca 'del Fondo o Casa del Fondo (627 m) donde podremos apreciar restos de las instalaciones mineras utilizadas para los trabajos de cantería del mármol realizados en estas laderas.
A partir de este punto se empieza a mantener el firme de la calzada, por obras de restauración que se remontan a varios años atrás.
Subimos abruptamente las primeras curvas cerradas y a los 25' encontramos, a la izquierda, la señalización de los caminos 166 y 166A que siguen caminos antiguos (Lizza Magnani) y que nosotros utilizaremos en el descenso. A los 30' aproximadamente, llegamos al Ponte di Ferro sobre Canale Pianone (705 m)
y comenzamos la parte más espectacular de la Via Vandelli con curvas cerradas y trazado que serpentea por la ladera de la montaña.
El panorama se abre progresivamente hacia el monte Castagnolo, justo encima de Resceto, y el monte Mandriola, la costa y las laderas del monte Cavallo. A una altura de unos 788 m se encuentra una placa de mármol que recuerda la localidad de "Le Teste", donde se colgaban las cabezas de los criminales y bandido decapitados tras haber cometido sus fechorías a lo largo de la Via Vandelli (infestada de bandidos en aquella época).
Poco después hay un cartel indicando los primeros 2 km y luego, a una altitud de unos 880 metros se encuentra "I Marmoletti", llamado así por la presencia de algunos bloques de mármol de una cantera cercana. Seguimos trazando eses y subiendo por una pendiente muy pronunciada, pero al menos hay algunas zonas donde los carpes dan sombra. Tras aproximadamente hora y media de ascensión llegamos a la indicación de 3 km, en una piedra de mármol, cerca de una curva muy cerrada e, inmediatamente después de la indicación, llegamos a la “Maestá Chiappe”(1100 m), una especie de capilla restaurada en 1996 por Carlo y su esposa Rosetta tras 50 años de matrimonio y dotado con una hermosa terracota de S. Bernardo di Mentone, protector de los montañeros.
Si nos paramos a descansar un momento, desde aquí se puede disfrutar de una hermosa vista del paso de Focolaccia, por donde bajaremos luego, y del vivac-refugio libre de Aronte.
Luego llegamos a la Lama del Venaro (1230 m), pasamos un obelisco gris y nos encontramos en el cruce que nos llevaría por la izquierda según el sentido ascendente de la marcha, a una mina de hierro cercana (desde el camino se ve la boca de entrada) y si siguiesems por ahí, por el CAI-163, pasando por encima del Canale Pianone, conectaríamos con el camino CAI-166 que baja desde el Paso de Focolaccia.
Pero nosotros seguimos el sendero CAI-35 y llegamos al cruce que, desviándonos a la derecha, nos lleva a la Finestra Vandelli (1442 m) y de ahí, donde había tres tiendas de campaña haciendo noche, al cercano Refugio Nello Conti, a unos 5 'de distancia, y donde podremos cargar agua en nuestras cantimploras o camel-backs.
Desde el refugio deshacemos el camino hasta la Finestra Vandelli para volver a enganchar con el sendero CAI-35 y seguimos subiendo el sendero, en algún punto bastante degradado, que pasa por el Tecchiacce (1510 m) donde hace unos años hubo un desprendimiento de rocas y por el Funtanin (unos 1600 m) que es una fuente, peligrosa en invierno porque se forma hielo.
Y tras unas 2h 15' de marcha, llegamos al Passo della Tambura (1620 m), agrandado en su dia con explosivos durante la construcción de la Via Vandelli. Aquí hay una imagen de mármol de la Virgen (año 2003). Hacemos una parada para hidratar y comer algo antes de tomar a la izquierda, el sendero CAI-148 que conduce por la cresta cimera a la cima del monte Tambura y al Passo della Focolaccia.
El sendero 148, como hasta ahora el CAI-35, no tiene dificultad técnica, únicamente el desnivel a superar. Desde el paso de Tambura hasta la cima aun nos quedan 270m de desnivel, pero como ya he indicado, se realizan con comodidad. Únicamente debemos guiarnos por las marcas y ser conscientes de que debemos seguir la cresta cimera.
A media ladera, si echamos un vistazo atrás, vemos abajo el paso de Tambura y justo detrás el monte Focoletta. Mi idea original cuando en casa me plantee la ruta, era haber hecho una circular más amplia, que subiera desde Resceto por el sendero CAI-165, se desviara luego por el CAI-164 para pasar por el refugio N. Conti y terminar accediendo por ese CAI-164 hasta la Focetta dell’Acqua Freda y cresteando llegar hasta el Passo della Tambura. Ahora que estoy llegado al Tambura veo, que no hubiera sido un sendero nada cómodo y aunque en el mapa aparece marcado, yendo solo, no se si hubiese sido lo más recomendable.
Y en menos de tres horas desde que saliera de Resceto, llego a la cima del Monte Tambura (1890 m) donde me encuentro una situación cuando menos insólita. Justo en la cima hay un par de tipos, uno de ellos se va al llegar yo, pero el otro sigue con lo que estaba haciendo, que no es otra cosa que quitar la cruz que había en la cima, o preparar los anclajes para volver a colocarla. No me quedo claro… El caso es que el me lo explico, pero mi nivel de italiano no da para entender la justificación que me dio sobre si cruces si o cruces no en las cimas de las montañas (¿os suena el debate?), o sea que me limité a tirar unas cuantas fotos, disfrutar del paisaje y como el tipo seguía con los pernos de los anclajes y precisamente paz y tranquilidad en la cima no se respiraba, continúe con la ruta. Me hubiera gustado haberme quedado más tiempo arriba, haber disfrutado tranquilamente de las vistas, pero es que la situación no invitaba a ello. Lo que si me permitieron las “obras”, es poder mover la cruz, ya que estaba completamente suelta, para colocarla donde a mi me interesaba para la foto.
Desde la cima del Monte Tambura la bajada hasta el Passo della Focolaccia no tiene misterio. Simplemente hay que seguir el CAI-148 pasando por la cima del Monte Crispo, yo porque lo tenía indicado en el mapa, que de lo contrario ni me hubiera dado cuenta de la cota…. Y una vez llegamos al collado, donde justo hay una cantera de mármol, una de las muchas que hay dentro del Parque Natural, ¿os suena también el tema de canteras dentro de parque naturales?, debemos tomar el sendero CAI-36-166 para bajar a Resceto.
Resceto queda ahi abajo...
Tirando de zoom
Hasta llegar a la cima, únicamente me había cruzado con montañeros en el refugio, y luego el tipo de la cruz, pero ya bajando al Passo della Focolaccia y de ahí hasta que tomé el desvio del sendero 36 si que me crucé con más grupos de montañeros, que debieron pegarse una buena sudada porque si cuando yo empecé a caminar a eso de las 6:30 AM la sensación térmica era de unos 25 grados, para cuando me cruce con ellos a eso de las 10:00 AM, os podeis imaginar el calor que hacía…
Passo della Focolaccia y la cantera...
Lo dicho, en la zona de Coda del Cavallo desde el Passo della Focolaccia (1645 m) hasta que se toma el desvío del sendero 36-166a, se encuentran ubicadas varias canteras que afean el paisaje. De hecho se baja por una pista preparada para camiones, se cruza entre instalaciones mineras, y por delante de la boca de entrada a una de las canteras subterráneas. Porque era domingo y no trabajaban, pero hacer la ruta en un dia laborable, con todo aquello lleno del polvo blanco del mármol flotando en el ambiente, debe ser bastante incómodo y restar interés a la ruta.
Debemos estar atentos al punto, a una altitud de unos 1350 m, en el que el sendero CAI 36-166a se separa del 166, que es el que baja de manera evidente por la pista.
Esta indicado, pero no debemos despistarnos. Comienza entonces una bajada que pondrá a prueba nuestras rodillas. Y es que en apenas dos kilómetros, descendemos 700m, con tramos realmente verticales (conveniente llevar bastones).
Podríamos seguir el sendero 36 hasta enlazar con el 170 que se mencionaba al inicio de la ruta, pero prefiero seguir por el 166a justo por debajo de la cima del Serrone (1165 m) que quedará a nuestra izquierda según el sentido de la marcha, siguiendo la Lizza Magnani, hasta enganchar con el CAI-35 que usábamos a la subida justo a la altura del Ponte de Ferro. En el camino de bajada, deberemos estar atentos a la señalización, que existe, pero no es tan clara como en la subida o en la parte de la cresta cimera, y podremos observar instalaciones y cables (catenaria) usados antaño en los trabajos de cantería.
Una vez enlazamos con el CAI-35 únicamente nos quedara desandar el camino hecho al inicio de la excursión hasta el parking en Resceto.
En reseñas he leído que en Resceto debe haber algún bar, pero yo no lo localice, o sea que a pesar de que me hubiera tomado una cerveza muy a gusto, me tuve que conformar con el agua de la fuente y volver al camping a Viareggio, donde ahí ya si, celebre la cima como mandan los cánones montañeros.
En resumen, una excursión perfecta para conocer los Alpes Apuanos y sin dificultad técnica reseñable salvo el desnivel al que nos enfrentaremos. Recomiendo llevar impreso el mapa con los distintos senderos para evitar despistarse en los cruces, y si se hace en verano, agua suficiente.
Mármol de Carrara
«… lo Carrarese che di sotto alberga, ebbe tra ' bianchi marmi la spelonca per sua dimora…» (Dante Alighieri, Divina Commedia, Inferno XX)
Algo tendrá el mármol de Carrara para que Miguel Angel lo usase en el “David”, la escultura mas famosa del mundo. El caso es que las canteras de piedra de los Alpes Apuanos probablemente ya fueron utilizadas durante la Edad del Hierro por los ligures de Ameglia, pero la actividad minera se desarrolló a partir de la época romana y experimentó su mayor desarrollo bajo Julio César (48-44 a. C.). En aquella época, como la exportación se realizaba a través del puerto de Luni, el mármol que hoy conocemos como de Carrara se conocía como “Marmor Lunensis” (mármol de Luni).
La excavación se realizaba con métodos y herramientas muy simples, como picos y piolets y realizado una mano de obra formada en gran parte por condenados y esclavos. Los primeros canteros explotaban las fracturas naturales de la roca en la que insertaban cuñas de madera de higuera que mojaban con agua para que la expansión natural provocase el desprendimiento de la roca. Para obtener bloques de dimensiones establecidas, los romanos recurrieron a la técnica de la "formella". En el peñasco elegido, a lo largo de la línea de corte, se realizaba una ranura de 15-20 cm de profundidad en la que se insertaban cuñas de hierro que provocaban el desprendimiento de bloques de unos 2 m de espesor. Estas técnicas de extracción y procesamiento, se mantuvieron prácticamente sin cambios incluso después del descubrimiento de la pólvora, cuyo uso resultó ser más dañino que útil; de hecho, el mármol a menudo se trituraba tanto que perdía todo valor comercial.
Una vez extraídos, los bloques debían descender al valle. Los primeros métodos de transporte rudimentario denominados " abbrivio" consistían en hacer descender el bloque por las laderas entre coladas de escombros llamados “ravaneti”, sin ningún control, hasta que se detuvieran sobre un lecho de escombros más finos. El procedimiento, ampliamente practicado en la antigüedad, era tan peligroso que fue prohibido por ley cuando se estableció el método "lizzatura".
Lizzatura era un método tradicional de transporte de mármol en una especie de trineo, todavía practicado en las primeras décadas del siglo XX. Básicamente, el bloque de mármol estaba firmemente fijado a un trineo de madera y sostenido ladera arriba por un sistema de poleas y cuerdas deslizantes. El trabajo de la lizzatura terminaba cuando la carga llegaba al "poggio", que era el lugar donde se soltaban los bloques de mármol de las cuerdas y el trineo y se cargaban en los carros tirados por bueyes que tenían la tarea de transportar el mármol a los talleres, a los aserraderos. o en el cercano puerto de Marina di Carrara.
A finales del siglo XIX se estableció el transporte de mármol por ferrocarril, gracias a la construcción de una línea ferroviaria especial poco después de la unificación de Italia. La Ferrovia Marmifera fue construida entre 1876 y 1890, y conectaba los principales centros de almacenamiento de los bloques de las tres cuencas de mármol de Carrara - Torano, Miseglia y Colonnata - con los aserraderos de la llanura, el puerto de Marina di Carrara y la red ferroviaria nacional. La construcción de la ruta supuso un gran esfuerzo de ingeniería teniendo en cuenta los medios de la época: tuvo que superar 450 m de desnivel para una longitud total de 22 km con una pendiente máxima del 6 por ciento, atravesando una gran cantidad de puentes y viaductos. El ferrocarril cesó su actividad en 1964 y su ruta fue desmantelada en gran parte incapaz de competir medios modernos de transporte por carretera.